En muchas ocasiones los términos degustación y cata de vinos se utilizan de la misma forma queriendo decir precisamente el ejercicio por el cual vamos nosotros a tener la percepción del vino en su máxima expresión, enfocándonos principalmente en vista, nariz y boca, que son los principales sentidos que entra en acción al momento de catar un vino.
Aunque los términos son similares para muchas personas no necesariamente tienen el mismo significado. Para algunas personas una degustación es solamente una pequeña muestra de vino que te van a dar. Como ejemplo cuando vas a alguna tienda o una expo de vinos, te sirven un chorrito del vino nada más para que lo puedas probar y con eso sepas si el vino está bien para que te animes a comprarlo. Esto es muy diferente a una cata de vinos en donde todos los participantes se sientan en una mesa con los elementos adecuados para la percepción del vino como lo son las copas, la iluminación, acompañamientos y en condiciones ideales para realmente detenerse a apreciar un vino en todas sus fases de la cata: visual, olfativa y gustativa.
Aunque muchas veces el término pudiera sonarnos similar tenemos que tener claro que cuando se hable de una degustación probablemente solamente sea el probar un poco del vino, buscando conocer si el vino está bien, aunque esto no nos va a permitir apreciar de forma correcta los aromas y la fase visual principalmente, esto derivado del poco contenido que se tienen una degustación. Por lo contrario, la experiencia que podemos tener en una cata de vinos en donde se sirve más vino y por lo mismo las fases de la cata se pueden hacer de forma correcta, realmente conociendo el vino que nos estamos tomando.
Si hablamos de cantidades, en una degustación normalmente se sirve una onza, que es el equivalente a 30 ml, y en una cata de sirven de 125 a 150 mililitros de vino, ya que de una botella se sacan entre 5 a 6 copas. La experiencia va a ser muy diferente
Salud!!