El mundo del vino puede resultar bastante complejo, y a menudo nos encontramos con diferentes opiniones y consejos en cuanto a su almacenamiento y consumo. Una de las creencias más extendidas es que los vinos blancos no son aptos para guardar, pero ¿es esto realmente cierto?
En general, la mayoría de los vinos blancos no están destinados a ser guardados durante mucho tiempo, ya que su evolución es más rápida que la de los vinos tintos. Hay varios factores que contribuyen a esto, como el vidrio de las botellas que suele ser transparente, permitiendo el paso de la luz, lo que acelera la oxidación del vino. Además, los vinos blancos suelen tener menos taninos y normalmente no se envejecen en barricas, lo que también influye en su capacidad de envejecimiento.
Sin embargo, no todos los vinos blancos son iguales, y hay algunos que sí son aptos para guardar. Por ejemplo, los vinos blancos elaborados con variedades como Chardonnay, Riesling o Semillon, pueden mejorar en botella durante algunos años. Además, hay algunos vinos blancos que son fermentados y envejecidos en barrica, lo que les permite desarrollar mayor complejidad y longevidad.
En este sentido, queremos hablarles de un vino blanco que nos ha sorprendido gratamente: la Chula, un blend de moscatel y blanca con añada de 2016. Actualmente, el vino tiene casi 7 años, por lo que esperaríamos que hubiera perdido gran parte de sus cualidades, sin embargo, esto no es lo que sucede con este vino en particular.
Lo primero que llama la atención es su evolución en color, ya que ha pasado de tonos pálidos a cobrizos. En nariz, el vino todavía mantiene su carácter frutal y algunas notas herbales, mantequilla y miel. En boca, se percibe menos acidez y algunas notas amargas, pero se mantiene balanceado y fresco.
En conclusión, aunque es cierto que la mayoría de los vinos blancos no son aptos para guardar, no podemos generalizar. Hay vinos blancos que sí pueden mejorar con el tiempo, por lo que siempre es interesante probar y experimentar. En el caso de la Chula, hemos comprobado que un vino blanco puede evolucionar de manera sorprendente y mantener su calidad durante muchos años. ¡Salud!
